No es fácil lidiar con la delincuencia juvenil. Las justificaciones sociales no alcanzan a tranquilizar a una opinión pública que es víctima de asaltos, crímenes y secuestros de manera frecuente. Sin negar estos presupuestos, el sociólogo Daniel Míguez pretende ir un poco más allá, mostrar la trama de marginación, pobreza y abandono que sirve de caldo de cultivo a los pibes chorros. Y ahondar, de paso, en el desbordado sistema carcelario y represivo que rige en Argentina. El autor comienza ofreciendo la dimensión precisa del problema -no siempre coincidente con la visión mediática- y pasa a abordar de lleno los valores, códigos de honor y estilos de vida de los jóvenes dados a la transgresión de la ley. No escapa a su análisis la historia del fenómeno (en especial el nivel de degradación social que se padeció con los gobiernos militares y el ajuste económico). Las soluciones propuestas no son ni pueden ser tajantes: se relacionan con la ejecución de políticas a largo y mediano plazo que inevitablemente deben pasar por los ámbitos educativos y sociales.Daniel Míguez licenciado en Sociología por la Universidad de Buenos Aires, Doctor en Antropología por la Universidad de Amsterdam. Profesor de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales y de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. Es investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas.
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